Tuesday, August 30, 2016

Concepto de Arquitectura 

¿Cómo hemos de definir la arquitectura? Ya que ésta es una actividad ligada a la cultura y a la organización social, la arquitectura y quien la ejerce, el arquitecto, no se han referido siempre a lo mismo. Ni tan sólo ha existido siempre como tal la disciplina que denominamos arquitectura ni el personaje que llamamos arquitecto. Como en tantos otros casos, la arquitectura ha variado su definición y alcance. Por ello, lo mejor que podemos hacer a la hora de iniciarnos en su conocimiento, es analizar algunas de estas definiciones para abrir nuestra propia reflexión y maduración hacia lo que se debe entender hoy por arquitectura y arquitecto.

Etimológicamente, la palabra arquitectura procede del griego. Es la conjunción de dos palabras: arjé, el principal, el que manda, el principio, el primero, y tekton, que significa construir, edificar. El arquitecto es, por tanto, el primero de entre aquellos que realizan la tarea de construir. Por un lado, es el que define las bases, los principios. Por otro, es el que dirige, el que manda en la actividad constructiva. La arquitectura, como actividad, como oficio, es el conocimiento y la práctica que permiten llevar a término estas funciones: determinar aquello que es básico para construir un edificio y también tener la responsabilidad de llevar a término algo determinado.

Esta palabra ha perdurado en la cultura lingüística latina y, por tanto, también en las lenguas denominadas románicas, derivadas del latín. Las lenguas anglosajonas, las germánicas y, en general, las lenguas que se hablan en los países desarrollados han incorporado en su léxico estas palabras. Las lenguas orientales, todas las variantes del chino, el japonés, el birmano, etc., han introducido las palabras y, por tanto también el significado y el rol social en tiempos muy recientes. Esto significa que en estas culturas el proceso de edificación no siempre estuvo acompañado de un cuerpo de conocimientos y de unos individuos que respondieran claramente a la concepción grecolatina y, en definitiva, occidental de qué es la arquitectura y quién es el arquitecto.

En el siglo I antes de Cristo, durante el imperio de Augusto, un arquitecto romano llamado Marco Polibio Vitruvio, escribió el primer tratado de arquitectura que ha llegado hasta nosotros.

Sabemos que hubo otros anteriores, pero no los conocemos. En el legado de la cultura grecolatina que ha nutrido la cultura moderna en Occidente, el texto de Vitruvio adquiere la condición de primer referente, de texto inicial, pero también de compilación del saber de la cultura clásica sobre la arquitectura. Detrás del texto vitruviano, que sobrevive en los manuscritos medievales y es traducido a las lenguas modernas a partir del siglo XV –convirtiéndose en el referente indiscutible, al menos hasta el siglo XVIII-, hay toda una multitud de interpretaciones diversas que son las que han dado pie a las diferencias teóricas en la arquitectura de Occidente. El tratado de Vitruvio, De Architectura, libri decem, título en latín que podemos traducir como Los diez libros de arquitectura, es heterogéneo. Se basa en textos anteriores, Greco helenísticos, de procedencia diversa. Son tratados muy prácticos de construcción o de materiales, pero también ideas y especulaciones estéticas sobre los grandes principios de la armonía y la simetría. Nos interesa fijar la atención en la definición de la arquitectura y del arquitecto que da Vitruvio, especialmente en el libro segundo de su tratado.

Su explicación es sobretodo mítica pero, al mismo tiempo, antropológica. Para Vitruvio la arquitectura se entiende considerando su origen. A partir de una ingenua descripción mítica, Vitruvio analiza cómo nace la arquitectura. En los bosques y en las montañas, los hombres, diferentes de los animales por su posición erecta y por el hecho de disponer del fuego y de la palabra, a medida que se convierten en sedentarios, construyen refugios: cavernas excavadas en la tierra o cabañas construidas con troncos y hojas, y con piedra o barro. La cabaña primitiva es según Vitruvio el referente originario para entender qué es la arquitectura. De esta actividad de cobijo, resuelta a partir del uso de los materiales que proporciona la naturaleza, nacen técnicas pero también ideas enlazadas con la forma de vivir.

El hecho de que la cabaña sea el lugar permanente donde se reúnen los seres humanos, alrededor de los hechos artificiales primigenios como son el fuego y la palabra, llevará a Vitruvio a pensar que la arquitectura nace cuando el hecho
de habitar se establece en un lugar y con unas condiciones artificiales determinadas a través de unos conocimientos que denominaríamos arquitectura. La casa, como el lugar primordial del habitar, estaría en el origen de la arquitectura. Con el tiempo y la evolución de las cosas, el arquitecto sería aquel individuo capaz de hacer estas casas, consistentes y duraderas, pero también significativas, es decir, expresivas de lo típicamente humano que se encuentra en las casas.

Es por ello que Vitruvio inaugura la manera de entender al arquitecto como un técnico de la edificación pero también como un artista capaz de entender el significado de aquello que construye. Para Vitruvio el arquitecto debe conocer
la Filosofía, la Matemática, la Poesía, la Música y muchas otras disciplinas para ser capaz de dar respuesta a todo aquello que estas disciplinas enseñan del significado de la cultura humana. La arquitectura, dirá Vitruvio, es teórica y es práctica. Ciertamente la actividad del arquitecto acaba resolviéndose en la práctica de la edificación. Pero esto no es posible de una forma correcta y plena si esta actividad práctica no se fundamenta en unos conocimientos teóricos prestados por otras fuentes de conocimiento. Sería inacabable seguir no sólo la multitud de matices que podemos encontrar en el texto vitruviano -de hecho, en Occidente, un número elevado de tratados de arquitectura han sido una especie de glosa o reescritura del texto vitruviano sino también la diversidad de otras definiciones que podríamos analizar a lo largo de la historia.

Por todo ello, proponemos analizar únicamente dos de estas diversas definiciones de la arquitectura. Son muy diferentes, casi opuestas. Están formuladas en lo que podemos denominar los orígenes de la arquitectura de nuestro siglo. Ambas han marcado maneras de pensar y hacer a veces opuestas, a veces complementarias. En 1881, en Londres, el polifacético artista, pensador y político William Morris (1834-1896) imparte una conferencia con el título The prospects of Architecture in Civilization. William Morris ha sido considerado por un importante sector de arquitectos, teóricos e historiadores de los tiempos modernos como uno de los pioneros de lo que acostumbramos a llamar la Arquitectura Moderna. Reaccionando ante la ola de vulgaridad y empobrecimiento estético producida por los fenómenos ligados a la primera Revolución Industrial, Morris se convierte en una de las voces más potentes que se alza para pedir reformas en profundidad en todo aquello que afecta a la dignidad y la felicidad de todos los individuos de la nueva sociedad.

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